¿Sabes quién eres?

En Europa

El segundo acto de la tragedia está a punto de comenzar.

Night Street [Calle nocturna] por flosv en Flickr

El primer acto de la tragedia europea ha terminado: se ha entronizado a la deuda en el lugar central de la constitución material de la Eurozona, abriendo paso así al desmantelamiento triunfante de la democracia y al empobrecimiento de la vida social.

¿Cuáles son las máximas que inspiran el diktat Financiero? La destrucción de la vida, espoleada por el colapso de las estructuras de la vida civil, con el fin de salvar el sistema bancario. Mientras tanto, los últimos datos de la Unión Europea muestran que los países que más despiadadamente han recortado sus presupuestos en nombre de la austeridad están viendo cómo su carga de deuda total aumenta en proporción al tamaño de sus economías. Esto proporciona una prueba clarísima sobre cómo en momentos de recesión económica los profundos recortes presupuestarios del gobierno destruyen sistemáticamente las oportunidades de recuperación económica. El incremento de la deuda y la recesión se retroalimentan mutuamente a medida que los recursos y el dinero de la sociedad acaban en manos de la clase financiera.

El segundo acto de la tragedia europea comienza ahora: la fractura del Estado-nación, el aumento del odio antialemán, el auge de los partidos fascistas en Grecia, Italia, Hungría, Finlandia y en otros países.

La bancanización (la sumisión de Europa a los intereses del sistema bancario) conduce a la balcanización: a la proliferación de los conflictos étnicos y nacionalistas que desembocan en el fantasma de la guerra civil continental. El agujero negro de la abstracción financiera se está tragando los recursos sociales y destruyendo el poder de producción del intelecto general, mientras la civilización social es invertida y corroída por la metástasis del cáncer financiero.

Ha quedado claro que la expansión económica se fue para no volver. El decrecimiento ya no es una opción moral o política que quepa aceptar o rechazar. En Europa el decrecimiento es un hecho dado, una consecuencia de la redistribución global de la división del trabajo y del agotamiento de los recursos naturales. Si nuestro futuro es sinónimo de Crecimiento, entonces nuestro futuro está muerto.

Pero deberíamos ser capaces de transformar nuestras expectativas... de desapegarnos de nuestras nociones de lo que es una buena vida y de las expectativas capitalistas de un Crecimiento interminable... de imaginar un futuro más allá del progreso.

La dictadura financiera está recortando los salarios e incrementando el tiempo de trabajo pero, al aumentar el desempleo y expandir la recesión, también nos permite hacer del decrecimiento una oportunidad de enriquecimiento de la vida y del bienestar colectivo.

Una enorme oleada de protestas se avecina en el horizonte pero las formas tradicionales de activismo han dejado patente su ineficacia: las manifestaciones, huelgas y protestas pacíficas son ineficaces porque el poder financiero deriva de dinámicas incorpóreas que son intangibles para los cuerpos físicos que componen nuestros movimientos de protesta.

Solo la retirada organizada, solo la insolvencia masiva puede desactivar el ataque financiero, y para eso se necesita solidaridad, y a la solidaridad se llega únicamente a través de la empatía.

¿Cómo podemos recrear la solidaridad en una era en la que la precariedad nos ha convertido en fragmentos de tiempo despersonalizados y aislados por nuestra propia soledad?

En un mundo en el que la competición se ha convertido en la forma universal de relación social, redescubrir la solidaridad en medio del colapso social es el primer paso para la recomposición de la insurrección social.

Franco «Bifo» Berardi es un filósofo italiano de la política revolucionaria y de los medios de comunicación. Fue una figura importante en el movimiento Autonomista de los años setenta. Su último libro se titula The Uprising: On Poetry and Finance. En español se ha publicado recientemente su libro La sublevación (La sollevazione, 2011).